El gobierno chino prometió que los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 se llevarían a cabo del 4 al 20 de febrero y que serían un evento mundial «seguro, optimizado y espléndido». Desde entonces, han hecho todo lo posible para conseguirlo, como si el resultado fuera un reflejo de lo que sus políticas y nación representan para el mundo entero. Pero les está costando más de lo que pensaban. A menos de cuatro semanas para el inicio, China está luchando por hacer cumplir su estricta política de Covid Zero en medio de contagios récord de la variante ómicron.
Y mientras, más problemas se le juntan. No tienen suficiente nieve en una región donde escasea, los sponsors están abandonando, y han de resistir el embate de EEUU y sus aliados organizando un boicot diplomático.