La apretada victoria de los Kansas City Chiefs y el show de medio tiempo de Rihanna no fueron los únicos temas que dieron que hablar en el Super Bowl, la final de la liga de fútbol americano que se disputó el domingo.
Entre los anuncios televisivos que se transmitieron durante el partido, hubo una serie publicitaria que llamó especialmente la atención.
A diferencia de otros comerciales de productos de consumo como bebidas gaseosas y automóviles, estos anuncios promocionaban a Jesucristo.
Y han ofendido a personas y grupos con ideas políticas opuestas.