Los periodistas ucranianos se han visto expuestos a frecuentes bombardeos, a menudo deliberados, en su trabajo de mantener informada a la opinión pública sobre la invasión rusa. Aunque la situación es especialmente grave para los periodistas de las zonas ocupadas, la guerra ha impactado en los medios de comunicación de todo el país.
A un año del comienzo de la invasión, hablé con varios periodistas ucranianos sobre cómo el conflicto ha afectado su vida y salud mental y les ha obligado a cambiar de especialidad informativa. Esto es lo que tienen que decir.
El 24 de febrero del año pasado, la periodista Maryanochka Sych estaba investigando un caso de corrupción en el municipio de Lviv, Ucrania. Abandonó su trabajo en cuanto se enteró de la invasión.
«Recibí la llamada de un amigo de una ciudad fronteriza con Rusia, diciéndome que las tropas rusas habían entrado la capital. Corrí a ver cómo estaba mi padre, que trabaja en Kiev, y me volví loca cuando no me contestó», cuenta Sych. «Horas después, me informaron de que estaba escondido con otras personas en un sótano. Fue la primera vez que sentí la guerra. Desde ese día, dejé de cubrir delitos de corrupción en mi región. En los últimos meses, solo me ocupé de las noticias sobre la guerra y sus repercusiones, incluidos los refugiados que se agolpaban en Lviv».