Piensa en un día de tu «vida digital».
Buscas en tu teléfono restaurantes y te aparece una serie de recomendaciones. Tu aplicación de música te sugiere una lista de canciones que parece perfecta para tu estado de ánimo y tus gustos.
Tus redes sociales te muestran, casi siempre, contenido libre que no es ofensivo. Y te imaginas un futuro de autos que se conducen solos.
Nada de esto sería posible sin un ejército invisible de manos que hacen posible la economía digital: los «microtrabajadores».
No trabajan en Silicon Valley, y en su mayoría n