Mientras la Argentina llegaba a las cifras de contagio más alarmantes, con 18.000 casos diarios, desde los medios masivos se invisibilizaba la pandemia como problema público, se le restaba importancia a sus consecuencias y se pasaba a hablar livianamente de «pospandemia». Causas y consecuencias de un reflejo sintómático.
Desde el comienzo de la pandemia, dos encuadres disputaron la agenda de manera sostenida: un enfoque sanitario de cuidado colectivo y presencia estatal y un encuadre económico que priorizaba las libertades individuales. En esa puja, los medios jugaron un rol central, en la medida en que participaron de la co-construcción discursiva con otros actores, observa la investigadora del Conicet, Nadia Koziner, y co-directora del Observatorio de Medios de la UNQ.
Al mismo tiempo, el tratamiento mediático de la covid-19 mostró oscilaciones, advierte Esteban Zunino, quien registró día a día la cobertura de la pandemia desde el Observatorio de Medios UNCuyo. A lo largo de diferentes etapas —una inicial de consenso y adhesión a la perspectiva oficial, solapada por otra de creciente polarización fuertemente promovida por la oposición política—constataron la falta de correlato entre la evolución de los contagios y la relevancia informativa: el pico sanitario coincide con una agenda mediática pospandémica.