En una de esas reuniones privadas de Silicon Valley que solo funcionan por invitación y a la que asisten múltiples inversores de capital riesgo se lanzó una idea que lleva tiempo calando en un importante sector del mundo tecnológico: ¿por qué los periodistas se meten tanto en los asuntos de las empresas privadas?
Es una relación turbulenta, pero no responde a un asunto en particular. Es casi un recelo estructural. Una diferencia a la hora de entender el trabajo de cada uno. Pero una idea que ha ido calando con el paso del tiempo y hoy en día permite entender por qué la postura de algunos inversores y CEOs de Silicon Valley son tan beligerantes contra el periodismo.
«El 100% de las empresas podría tener un artículo negativo escrito sobre ellas. Todo lo que hace falta es que el periodista decida que quiere escribir un artículo negativo», aseguraba el inversor Paul Graham. Un tuit que resume su visión del asunto, como si el periodismo se moviera por caprichos y atendiendo únicamente a criterios personales.