miércoles 22 de marzo de 2023
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Nación vs. Ciudad: el fallo de la Corte y sus consecuencias

Son varios días donde Alberto Fernández se mueve como una especie de barrilete sin cola. Lo primero que llama la atención de la disputa entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires, que tiene una dimensión institucional muy relevante, es la improvisación, porque este fallo estaba dentro de las probabilidades, de lo que podía ocurrir. Toda disputa judicial, sobre todo cuando la encara nada menos que el Estado nacional contra un poder público como es la Ciudad de Buenos Aires y viceversa, es como un ajedrez donde se supone que los que juegan conocen las jugadas posibles, las distintas configuraciones que puede ir adquiriendo el tablero. Y, por lo tanto, tiene una respuesta jurídica y política pensada hacia lo que puede sobrevenir. Daría la impresión de que al Presidente y a todo su entorno, el Gobierno en general, lo tomó por sorpresa lo que casi no tomó por sorpresa a nadie.

A veces las noticias son hechos, como un decreto, una disputa, la renuncia de un ministro, un acuerdo. Acá la noticia más importante, que está en proceso desde hace varios años, es un concepto, que es difícil de asimilar por la dirigencia política, y sobre todo por este Gobierno. Este concepto es una gran innovación que introduce la Constitución en su reforma del 94 y es la que está cifrada en este fallo que dicta la Corte. Es el concepto de autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Esto ha cambiado radicalmente la idea que teníamos de la Capital Federal en nuestra cabeza. Esa idea era la de un distrito, precisamente federal, que le había sido arrancado a la provincia de Buenos Aires en 1880 cuando se federalizó la Ciudad, y era una especie de playa de maniobras del gobierno nacional que tenía la autoridad para delegar el poder a dedo en su intendente. No había un gobierno autónomo, los porteños no elegían a su gobernante local. Esto fue cambiado con la lógica de la reforma del 94, que consistió en darle más tiempo al Presidente, pero menos poder. Esa fue la lógica última de Alfonsín en la negociación del Pacto de Olivos. Y ese menor poder al Presidente supuso la elección directa del intendente de la Ciudad de Buenos Aires. Pero, supuso más: quitarle poder al Estado nacional sobre los porteños y habilitar algo que no es lo que era antes la Capital Federal al arbitrio del Poder Ejecutivo nacional, pero tampoco una provincia. Es como una provincia y la Constitución y este fallo le reconocen esa autonomía.

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