Además de cautivar a un número récord de personas, los gatos ayudaron a calentar la economía japonesa durante la pandemia de covid-19.
Según Katsuhiro Miyamoto, profesor emérito de la Universidad de Kansai, el fenómeno que denominó «nekonomics» (efectos económicos de los gatos) movió unos US$14.600 millones (1,9 billones de yenes) solo en el período de 2021.
Para llegar a esa cifra elevada, la encuesta tuvo en cuenta los gastos en alimentación, productos de primera necesidad y atención veterinaria, además de proyectos generados por la pasión japonesa por los gatos. Incluso aquellos que no tienen una mascota en casa suelen ir a cafés temáticos y lugares turísticos, como islas conocidas por su concentración de felinos, solo para fotografiar y tocar a los gatos.
En Japón, la onomatopeya para maullar es «nyan nyan nyan», que suena como «ni» (dos en japonés). A partir de un juego de palabras y a sugerencia de la industria de comida para mascotas, en 1987 se estableció que el 22 de febrero sería el Día del Gato, creando así un motivo más para aumentar la «nekonomics».