Hace rato que vengo siguiendo a Netflix. Después de todo, junto a Spotify fueron, cada uno en su mundo, los revolucionarios del streaming. Ellos fueron los que lograron que la piratería cayera gracias a haber desarrollado servicios con catálogos extensos (vamos, Spotify tiene virtualmente toda la música que existe en el mundo) y precios increíblemente accesibles.
Spotify continúa siendo el rey y si bien tiene un futuro prominente por delante con Apple como único competidor potable, Netflix está mucho más complicado. Como escribí en FUTURO hace algunas semanas, en los próximos meses o años varias compañías, estudios o productoras van a lanzar sus propios servicios de streaming de series y películas. Disney saldrá con su nueva plataforma, llamada Plus, en noviembre, Hulu rebajó sus precios, Apple presentará el propio, WarnerMedia NBCUniversal también. Y en el camino, seguro, se sumará algún otro que quiera sacarle un poco de mercado a Netflix.
Hay dos problemas grandes por delante: a Netflix le faltan caballos de batalla grosos estilo Game of Thrones que hagan que se sumen suscriptores y no tiene los derechos de la mayor parte de los contenidos que hay en su plataforma. En su momento se había dicho que The Office y Friends eran los dos shows más vistos en Netflix. Adivinen si seguirán estando en 2020. Por si no adivinaste, la respuesta es no.