En por lo menos tres de las compañías líderes en la fabricación de productos de la canasta básica, la reacción fue la misma: primero sorpresa y, luego, alarma y preocupación.
Tanto que, aun con información parcial, antes de fin de mes, en algunos casos se armaron reuniones extraordinarias para evaluar lo que está sucediendo con el consumo. Concretamente, los números de junio culminaron en niveles muy negativos, con retrocesos de dos dígitos en la venta de algunos productos de la canasta familiar.
La mala onda involucra a las principales fabricantes de alimentos, bebidas y productos de higiene y limpieza. La situación es grave: venden menos fideos, harina, arroz, polenta, panificados, yerba y café. La caída incluye a rubros destinados al público ABC1, como los congelados.
La sorpresa de los empresarios radica en que no se esperaban estos resultados en rojo. La evaluación previa consistía en que, ya en el sexto mes del año, debería notarse la recuperación, aunque más no sea parcial, del poder adquisitivo de los salarios.