Hacerse un lugar en el mundo de la investigación pasa por la publicación de artículos en revistas científicas. Cuantos más papers publique un investigador, más posibilidades tendrá en el competitivo ámbito académico. Lo mismo pasa con las universidades, a las que las publicaciones reportan prestigio. Pero, ¿qué hay detrás de la industria de los papers?
“Hace unos años, en comentarios de pasillo, escuché a algunos profesores hablar del tema: ‘Pues ahora me saco un dinerillo poniendo que también pertenezco a esta universidad’”. Así comienza el relato de un investigador científico de una universidad pública española. Se refiere a fraudes en el sistema de publicación de papers o artículos de investigación científica, aunque según palabras del catedrático de la facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela, Xose Carlos Bermejo Barrera, esto es algo que ocurre en todos los ámbitos y departamentos del sistema público universitario.
En el mundo se publican alrededor de tres millones de artículos científicos al año y, aunque pueda parecer algo bueno, lo cierto es que este nivel de publicaciones está directamente vinculado a malas prácticas y a falseamiento de resultados. Así lo argumenta Horace Freeland Judson en su libro The Great Betrayal: Fraud in Science (2004). Otra de las investigadoras entrevistadas para este reportaje señala que mientras realizaba su doctorado y trabajaba a la vez con un contrato de investigación, “sufría presiones para publicar hasta seis papers al año, cuando, de haber realizado investigaciones lo suficientemente rigurosas, habría tardado un año en publicar cada uno”. Esto también produce un gran número de lo que se conoce comúnmente en el mundillo como refritos de publicaciones, donde se reformulan papers ya publicados para poder mantener el ritmo frenético.