En un principio se hicieron preguntas. Preguntas por los espectadores (¿quién es la gente que viene a vernos?). Preguntas por sus maneras de producir teatro (¿por qué hacemos lo que hacemos de forma tan parecida hace veinte años? ¿Hay otras?). Preguntas por el lenguaje escénico y sus formas de circulación (¿es posible escapar a la lógica de mostrar obras terminadas, generar espacios de experimentación? ¿Por qué seguimos haciendo funciones una vez por semana, siempre en el mismo día y horario?). Tiempo después, los once artistas que conforman Paraíso Club –casi todos, nombres insoslayables de la escena porteña independiente, tanto en dramaturgia, actuación y dirección; tanto en la danza, en la performance y en el teatro– se dieron cuenta de que esas preguntas que se hacían no eran individuales sino colectivas. Cada vez que se cruzaban, en los distintos espacios de trabajo o en los proyectos que compartían, esas preguntas se ponían sobre la mesa, se debatían. Y comenzaron a convertirse en una inquietud sostenida.
En un principio se hicieron preguntas. Preguntas por los espectadores (¿quién es la gente que viene a vernos?). Preguntas por sus maneras de producir teatro (¿por qué hacemos lo que hacemos de forma tan parecida hace veinte años? ¿Hay otras?). Preguntas por el lenguaje escénico y sus formas de circulación (¿es posible escapar a la lógica de mostrar obras terminadas, generar espacios de experimentación? ¿Por qué seguimos haciendo funciones una vez por semana, siempre en el mismo día y horario?). Tiempo después, los once artistas que conforman Paraíso Club –casi todos, nombres insoslayables de la escena porteña independiente, tanto en dramaturgia, actuación y dirección; tanto en la danza, en la performance y en el teatro– se dieron cuenta de que esas preguntas que se hacían no eran individuales sino colectivas. Cada vez que se cruzaban, en los distintos espacios de trabajo o en los proyectos que compartían, esas preguntas se ponían sobre la mesa, se debatían. Y comenzaron a convertirse en una inquietud sostenida.