A dos días de dejar el cargo, el defenestrado gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, hizo un anuncio que pareció un testamento.
Fue tal vez su última decisión pública y, de confirmarse, una de las que mayor influencia tendrá en el curso de la isla en el próximo año.
Rosselló, que se vio obligado a renunciar al cargo la semana pasada tras unas masivas protestas por la filtración de un chat privado, propuso este miércoles como secretario de Estado -y, por tanto, sucesor -a un antiguo conocido.