Dos expresidentes de Perú están tras las rejas, uno condenado por violaciones a los derechos humanos, el otro acusado de intentar disolver el Congreso de manera ilegal. Un tercer expresidente podría unirse pronto a este grupo en la misma prisión.
Alejandro Toledo, quien lideró el país hace dos décadas, se rindió el viernes ante oficiales de la ley en California, según un funcionario de los Alguaciles de EE. UU., al agotarse sus esfuerzos por resistirse a la extradición, a casi cuatro años de su arresto en conexión con uno de los mayores escándalos de corrupción de América Latina.
Una vez que vuelva al Perú, se espera que sea encarcelado mientras procede el caso en su contra. Su repatriación forzada sucede en un momento complicado para el país, que ha sido remecido por la violencia y las protestas desde que otro presidente, Pedro Castillo, fue destituido en diciembre luego de que intentó suspender el Congreso y gobernar por decreto.