Antes de la llegada de la «tradicional» temporada de incendios con el otoño, el fuego consume otra vez bosques, destruye ciudades y deja miles de personas sin hogar en el oeste de Estados Unidos.
En California, Oregón y el estado de Washington, al menos 35 personas han perdido la vida desde principios de agosto, se han denunciado decenas de desaparecidos y se han quemado casi dos millones de hectáreas de terrenos.
En gran parte del oeste de EE.UU. los cielos se han teñido de naranja y la calidad del aire ha empeorado, mientras decenas de miles de personas han tenido que abandonar sus casas por el temor a las llamas.