«Es la campaña más entretenida que nunca y la esencia de la política estadounidense es el entretenimiento».
Esa es la opinión de un estudiante chino de 19 años que ha seguido la carrera presidencial de Estados Unidos desde Pekín.
Y no es el único que se ríe. Ya sea que Hillary Clinton o Donald Trump el nuevo presidente tras las elecciones del 8 de noviembre, el Partido Comunista de China se considera desde ya como el ganador.
Durante décadas, el oficialismo chino ha dicho que la democracia estadounidense es una farsa, manipulada por y para una pequeña élite.