Estados Unidos y la Unión Europea parecen haber entrado en rumbo de colisión por causa de un cambio en la política de Washington hacia Cuba que amenaza a las empresas europeas con inversiones en la isla.
La pasada semana, el gobierno del presidente Donald Trump anunció que permitirá que ciudadanos estadounidenses demanden a las compañías extranjeras con intereses en propiedades confiscadas después de la revolución de 1959, bajo los términos de la denominada Ley Helms-Burton.
Pero la UE ya advirtió que se podría verse «obligada a utilizar todos los medios a su disposición (…) para proteger sus intereses» en la nación caribeña, incluyendo reactivar un caso en contra de EE.UU. en la Organización Mundial del Comercio (OMC).