En lo que va del año, el peso mexicano se ha disparado frente al dólar con una subida cercana al 11%, llegando a niveles no vistos desde hace siete años.
Esta rápida escalada se suma al aumento acumulado que trae el «superpeso» desde el año pasado, impulsado por un mayor flujo de dólares al país que llega no solo por un crecimiento en las exportaciones, las remesas y la inversión extranjera, sino también porque las altas tasas de interés funcionan como un imán para los inversores.
El peso está dentro del grupo de monedas de economías emergentes que han pasado por un buen ciclo, como por ejemplo el yuan chino o la rupia india, mientras el dólar ha mostrado signos de debilidad en comparación con una canasta de monedas fuertes.