La capital de Puerto Rico, San Juan, se ha convertido en el escenario de múltiples protestas. Una creciente cantidad de manifestantes han marchado por las calles y se han reunido en La Fortaleza, la residencia oficial del gobernador Ricardo Rosselló, donde escuadrones de policías, con equipo antimotines, han usado gases lacrimógenos, aerosoles de gas pimienta y balas de hule contra las multitudes.
Aquí ofrecemos algunas respuestas sobre el descontento expresado por las masas de manifestantes puertorriqueños y sus causas.