Los médicos utilizaron un nuevo tipo de terapia llamada «silenciamiento de genes» para revertir una enfermedad que causa dolor incapacitante a quienes la padecen: la porfiria aguda intermitente (PAI).
Los médicos dicen que están «genuinamente sorprendidos» de lo exitosa que ha resultado y creen que con el tiempo podría aplicarse a enfermedades incurables.
La PAI también puede ocasionar parálisis y llegar a ser fatal en algunos casos.
Este nueva forma de atajar la enfermedad consiste en afinar las instrucciones que vienen codificadas en nuestro ADN.