Cuando comenzó la Copa del Mundo en Catar, millones de fanáticos lucieron camisetas que costaban entre 90 y 150 dólares y que fueron vendidas por Nike y Adidas, el proveedor oficial del torneo de este año. Los jugadores, que vestían uniformes nuevos de colores brillantes, se pusieron zapatillas y tacos relucientes que se venden por más de 200 dólares.
Pero, ¿cuánto se les pagó a las personas que fabricaron estos artículos?
En el caso de los 7800 trabajadores de la fábrica del Grupo Pou Chen en Rangún, Birmania, proveedor de calzado de fútbol para Adidas, la respuesta es 4800 kyats, unos 2,27 dólares, al día.
La fábrica en Birmania simboliza la lucha continua de muchos de los 40 millones de trabajadores de la confección en el sur de Asia, que durante mucho tiempo han lidiado con malas condiciones laborales y salarios, y cuyos problemas se han visto exacerbados por la pandemia. Ahora, con el mayor evento deportivo del mundo en marcha, la labor de algunos trabajadores para mejorar sus condiciones de trabajo se ha topado con fuerte resistencia y penalizaciones.