Juan Schiaretti quiere evitar el papelón que implicaría pasar de sacar 50 puntos a salir tercero en Córdoba sólo en un par de meses. Por eso el gobernador pidió que le manden urgente tres millones de boletas a Alberto Fernández para poder repartirlas con la suya.
La preocupación central de Schiaretti es que el experimento de ir con boleta corta resulte un fiasco y lo deje atrás de Cambiemos y del peronismo, por lo que balancea su apoyo en una estrategia ambigüa que puede fallar en octubre.
Es que sus propios funcionarios comienzan a reconocer a los medios locales que es necesario moderar las expectativas, en un indicio de que creen que no lograrán renovar las bancas de Adriana Nazario y Juan Brügge que vencen en diciembre y que es posible que terminen metiendo un solo legislador.