El Gobierno hace la vista gorda. Oficializa aumentos salariales de 27,8 por ciento, aunque, a decir verdad, las subas son mayores. Sucedió el lunes pasado con la Federación Aceitera y pasó ayer con el gremio de los bancarios. Y semanas atrás involucró a la oficialista Unión Obrera Metalúrgica (UOM). En los pasillos de los ministerios de Trabajo y Economía, sindicalistas y empresarios hablan de una suerte de «paritaria blue», en referencia al nombre que se utiliza en la City porteña para hablar del dólar paralelo.
En su afán por escenificar cierto control de la inflación y de las negociaciones salariales, el Gobierno dispuso como tope el 27,8%. No está dispuesto a homologar porcentajes mayores, como ya sucedió con Comercio, Utedyc, la Federación de la Carne y el personal no docente de universidades privadas.