Una pesadilla. Esas fueron las palabras que usó Guillermo Federico Ibarrola para describir lo que le tocó padecer la última semana a causa de un error del sistema de reconocimiento facial que adoptó la Policía de la Ciudad para dar con personas que tienen pedido de captura. El sistema de inteligencia artificial -que procesa las imágenes de 300 cámaras de seguridad instaladas por el Gobierno porteño y las contrasta con las del registro de Consulta Nacional de Rebeldías y Capturas (Conarc)- tiene además del margen de error tecnológico un problema grave con la carga de datos, muchos de ellos erróneos.
El de Guillermo fue un caso extremo: estuvo detenido seis días y casi es trasladado a un penal por un delito que nunca cometió. Ayer a última hora, la fiscalía que intervino en el caso ordenó su liberación y le compró un pasaje de micro para volverse a su casa.