Ninguna papeleta de las elecciones generales de este domingo en Paraguay plantea este dilema, pero quizás los votantes lo salden indirectamente: ¿el país debe mantener su histórica alianza con Taiwán, o sacrificarla por China?
La cuestión ha sobrevolado la campaña paraguaya desde que el candidato opositor Efraín Alegre criticara las relaciones de Asunción con Taipei y expresara la posibilidad de establecer lazos con Pekín.
Esta posición contrasta con la política de reconocimiento a Taiwán que Paraguay ha mantenido por más de seis décadas y que el candidato oficialista a la presidencia, Santiago Peña, promete conservar.
China considera a Taiwán una provincia rebelde y defiende que la isla no tiene derecho a establecer relaciones de Estado a Estado, una posición que exige que asuman los países con los que abre relaciones diplomáticas.
Claro que los electores paraguayos tienen inquietudes mayores, como la seguridad pública, el desempleo, la desigualdad o la corrupción, temas centrales en esta campaña, señalan expertos.