Las empresas tecnológicas ofrecen cada vez más acceso a documentación y a piezas de refacción que facilitan la reparación de dispositivos. Pero gigantes como Apple y Microsoft siguen remando en contra y ejercen fuerte presión contra las leyes de reparabilidad.
La reparación de dispositivos móviles ha sido un problema durante demasiado tiempo. El año pasado, US PIRG, el Grupo de Investigación de Interés Público de Estados Unidos, una organización sin fines de lucro que aboga activamente por leyes sobre el derecho a reparación en el país, publicó su primera tabla de puntuación de reparabilidad. En ella, el grupo calificó a los fabricantes más populares de dispositivos tecnológicos de consumo en función de la facilidad de reparación de sus aparatos, la disponibilidad de piezas de repuesto y la accesibilidad de los manuales de reparación. Como era de esperarse, reprobó a algunos de los fabricantes de tecnología más importantes del mundo. Seguía siendo demasiado difícil arreglar el maldito teléfono.
Ahora, el US PIRG publicó su segunda tabla de puntuación anual sobre reparabilidad, en la que califica a «los fabricantes que diseñan dispositivos duraderos y a los que reprueban en la reparación», según el grupo. La mayoría de los fabricantes han obtenido notas más altas que el año pasado, lo que indica que hay cierto movimiento en el frente de la reparabilidad. Lucas Gutterman, director de la campaña «Diseñado para durar» del US PIRG, lo atribuye sobre todo a la creciente disponibilidad de manuales de reparación, es decir, la documentación que el consumidor medio o los técnicos independientes necesitan para reparar sus aparatos.