Los años no electorales suelen estar marcados por una fuerte actividad legislativa. Sin embargo, el 2022 fue una excepción: la fuerte polarización y la falta de acuerdos trabaron el normal funcionamiento de ambas Cámaras y dejaron como resultado apenas 36 leyes sancionadas. Una marca desalentadora, si se compara con los 186 proyectos aprobados en 2002 o los 197 de 2014.
En un clima de tensión creciente entre oficialismo y oposición, la Cámara de Diputados sesionó 15 veces (incluyendo la Asamblea Legislativa y la reunión informativa del jefe de Gabinete Juan Manzur). Todas fueron sesiones especiales, es decir, con un temario acordado de antemano, generalmente a instancias del Frente de Todos.
A pocos días del inicio del 2023, en las principales bancadas descartan que la dinámica de trabajo no hará más que empeorar en los próximos meses. Por un lado, los años con campaña electoral -especialmente cuando se eligen presidente y gobernadores- suelen tener menos actividad porque los legisladores pasan más tiempo en sus provincias involucrados en el trabajo proselitista.