Primero fue el acuerdo por el precio de los alimentos, a través del programa «Precios Justos». Fue una iniciativa marcada por la urgencia de la ola de remarcaciones de los productos de la canasta básica. Siguió el pacto con las petroleras para ponerle un tope del 3% mensual al ajuste en los surtidores. Luego, continuaron otros.
Sergio Massa pretende darle un perfil de hiperactividad a su trabajo en el Ministerio. Algunos recuerdan que no se veía algo así desde el primer paso de Domingo Cavallo por el Palacio de Hacienda, hace ya 30 años.
El ministro encontró en los acuerdos con el sector empresario la única manera de lograr una desaceleración de la inflación.
La incógnita, en todo caso, es si podrá cumplir con la promesa que les hace a los ejecutivos: la entrega de dólares a precio oficial para que puedan importar los insumos para fabricar. El compromiso lo tomó con distintos rubros: desde los combustibles a los medicamentos y hasta los importadores de bananas.