El próximo 3 de agosto se cumple un mes del ataque más letal ejecutado por el autodenominado Estado Islámico (EI) en Irak: 292 personas perdieron la vida.
El elevado número de víctimas, al parecer, no es producto de la casualidad. Desde su diseño hasta su objetivo final, este ataque subraya que EI ha encontrado una nueva forma de causar daño y generar terror.
«Por primera vez usaron una nueva táctica que les ayudó a pasar sin ser detectados a través de los puntos de control de seguridad. Nunca antes hemos visto algo igual. Es muy preocupante», le comentó una fuente de los servicios de seguridad de Occidente a la reportera de la BBC Lyse Doucet, quien estuvo indagando sobre lo ocurrido en el céntrico barrio de Karrada en Bagdad.