viernes 2 de junio de 2023
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Viaje a la mayor mina de litio de Argentina, donde falta el aire y el agua y sobran inversiones contra el calentamiento global

Las decenas de miles de turistas que visitan cada año las Salinas Grandes de Jujuy y después postean en redes sociales sus fotos paveando en ese paisaje plateado primero debieron andar al menos una hora de auto entre curvas y contracurvas, algunos al borde del mareo y medicados con Dramamine, por la Cuesta del Lipán desde Purmamarca. Las Salinas está a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Por eso hay que andar lento, evitar comilonas, algunos copian la costumbre local de ponerse unas hojas de coca entre los dientes y la pared lateral de la boca y otros se toman una Cafiaspirina. Todo sea para evitar dolores de cabeza, vómitos y mareos. Si seguimos dos horas más por esa ruta nacional 52 hacia Chile, con más zigzags pero menos pronunciados, llegamos a la que en dos meses se convertirá en la mayor mina de litio de la Argentina, en el Salar de Olaroz, en el mismo desierto de la Puna donde falta el aire y el agua y sobran inversiones contra el calentamiento global, para reemplazar dentro de 12 años en diversos países desarrollados los autos a petróleo por los eléctricos.

Al salir de la 52 e ingresar al camino de ripio se divisa entre las montañas, las tolas y tolillas (arbustos bajos) y las vicuñas, las instalaciones de Gemar, una proveedora de camiones y grúas para la industria litiera que armaron las comunidades indígenas atacameñas, que están a favor de la actividad, a diferencia de la mayoría de las de Salinas Grandes y la vecina Laguna de Guayatayoc, preocupadas por el uso del agua en su explotación. Antes de bajar del vehículo para entrar al yacimiento, un empleado de Sales de Jujuy pasa con la pipeta a controlar el alcohol cero en sangre. Los recursos naturales son de las provincias, pero su explotación está concesionada a esta empresa que controla la australiana Allkem (66,5%), la quinta mayor litiera del mundo, originaria del país que lidera en producción global (la Argentina está cuarta), y en la que participan el grupo japonés Toyota (25%) y la estatal Jujuy Energía y Minería (Jemse), que por norma se queda con el 8,5% de todos los proyectos de la provincia y espera cobrar así, más pronto que tarde, sus ganancias, una vez que se recupere el capital invertido por sus socios. Sales de Jujuy comenzó a producir en 2015, tiene una capacidad para extraer 13.000 toneladas anuales, pero en junio sumará otras 25.000, con lo que superará al menos durante dos años a la otra única mina que ya obtiene litio hoy en la Argentina, Salar del Hombre Muerto, en Catamarca, de la norteamericana Livent. Este yacimiento catamarqueño extrae 20.000 y en 2025 sumará 30.000.

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