Imagina un mundo sin color. Un mundo en el que todo o casi todo sea monocromo. ¿Sería como una pesadilla, no? La sensación sería similar a estar viviendo dentro de una película en blanco y negro. Todo gris, triste y sombrío. Pero, sobre todo, aburrido. Principalmente porque los colores hacen que las cosas sean mucho más diversas e interesantes. En la moda, por ejemplo, sin color todo serían patrones y diseños similares.
Pues lo cierto es que esto es justo lo que está sucediendo. Con los años, los objetos que fabricamos, sean móviles, camisetas o alfombras, son mucho menos coloridos que antes. Estamos creando un mundo mucho más gris. Y hay pruebas de ello.
¿Se ha vuelto nuestro mundo más soso? Sí.