viernes 2 de junio de 2023
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Voy a arruinar tu serie de tele favorita

En esta época de divisiones, en la que hay tan pocas cosas en las que todos estemos de acuerdo, hay un punto de civismo básico que no se cuestiona: no se menciona el final de un programa de televisión o de una película si la persona con la que se habla aún no lo ha visto. Es una cuestión de decencia humana. Las revelaciones prematuras de la trama, que se conocen como spoilers en inglés, son totalmente inapropiadas. (En ese sentido y antes de seguir adelante: advierto que a continuación habrá “spoilers”).

En las últimas semanas, una dramática revelación en Succession reavivó el debate sobre cuánto tiempo deben suprimirse los spoilers en las redes sociales, y sobre si tener conocimiento por adelantado de un acontecimiento trascendental de la trama (en este caso: la muerte de Logan Roy) arruina nuestro disfrute de una historia. Recientemente, mis colegas y yo realizamos una investigación para abordar esta cuestión.

Alerta de spoiler: no es así.

En un estudio publicado en Applied Cognitive Psychology, mis coautores y yo hicimos que la gente viera un episodio televisivo de suspenso de 30 minutos dirigido por Alfred Hitchcock titulado “¡Pum! Estás muerto”. Nuestro objetivo era determinar hasta qué punto el hecho de conocer el desenlace de una escena dramática afectaba la capacidad del espectador para sentirse cautivado por ella. Mostramos a nuestros participantes ese breve episodio, en el que un niño encuentra una pistola cargada y la confunde con un juguete. El niño la toma y pasea por su pequeña ciudad apuntando y disparando a la gente al grito de “¡Pum! ¡Estás muerto!”, sin darse cuenta de que hay una bala en la recámara del arma.

nytimes.com  (www.nytimes.com)