Josh Wardle, un ingeniero de software de Brooklyn, sabe que a su pareja le encantan los juegos de palabras, así que creó un juego de adivinanzas solo para ellos dos. Lo llamó Wordle, una mezcla de su apellido y word, “palabra” en inglés.
Pero después de que su pareja jugó durante meses, y después de que se convirtió en una obsesión en el grupo de WhatsApp familiar luego de que se lo presentó a sus parientes, Wardle pensó que podía estar en algo. Entonces, en octubre, lo lanzó al resto del mundo.
El 1 de noviembre jugaron 90 personas.
Y el domingo 2 de enero, apenas dos meses después, más de 300.000 personas lo jugaron.