El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, resultó positivo en una prueba de coronavirus y eso ha planteado la posibilidad, por remota que sea, de que pueda quedar incapacitado o morir en el cargo si sus síntomas empeoran.
Aunque eso sigue siendo muy poco probable y, el viernes, pocas personas en Washington estaban dispuestas a discutir esa posibilidad cuando Trump fue trasladado al Centro Médico Militar Nacional Walter Reed para recibir tratamiento, la Constitución y el Congreso establecieron hace mucho tiempo un plan de sucesión para garantizar que Estados Unidos esté protegido de adversarios y conflictos internos cuando el mandatario electo no puede ejercer su cargo.