Christiane C. no pensó en nada negativo cuando su hija de 10 años y una amiga subieron un video de ellas mismas en el que aparecen jugando en una piscina en el patio trasero.
“El video es inocente, no tiene gran importancia”, dijo Christiane, quien habita en un suburbio de Río de Janeiro.
Algunos días después, su hija le compartió una noticia emocionante: el video tenía miles de reproducciones. Dentro de poco, había alcanzado cuatrocientas mil vistas, un número asombroso para un video de una niña en un traje de baño de dos piezas con su amiga.
“Vi el video nuevamente y me asusté por el número de vistas”, dijo Christiane.
Tenía razones para estarlo.