La película está protagonizada por dos ganadores del Oscar: Benicio del Toro y Anthony Hopkins. Eso no le impidió ser un fracaso con la crítica y con la audiencia. Su recaudación a nivel mundial fue de $140 millones, pero el presupuesto había sido de $150. Si a eso se le suman los costos de promoción, la película generó pérdidas por un valor de $76 millones.