Luego de su paso por el Líbano y Siria, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, llegó a Irán para reunirse con las máximas autoridades y hablar sobre la crisis por el desarrollo de energía nuclear y el apoyo a la paz en el Líbano.
Tras la visita a Siria, Annan consiguió el expreso compromiso del presidente Bayal al Assad, de embargar las armas pertenecientes al grupo Hizbalá y de no fomentar ni propiciar su rearme. Ahora espera obtener la misma promesa por parte del Gobierno iraní.
Si bien resulta poco probable que Irán renuncie a brindar su apoyo a Hizbalá, Annan cuenta con una poderosa herramienta de negociación, como es la crisis nuclear desatada por la política de desarrollo de energía atómica para fines civiles del presidente Mahmud Ahmadineyad.
El plazo dado por los Estados Unidos y la Unión Europea para desistir del desarrollo nuclear, venció el pasado 31 de agosto. Como China y Rusia se niegan a aplicar sanciones contra Irán, resulta imposible hacerlo en el marco de la ONU, por lo que la UE decidió otorgar dos semanas más de plazo. Si Irán no desiste, podrían llevarse a cabo operaciones militares contra objetivos industriales en Teherán.
Las sanciones son impulsadas, además, por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que luego de las exhaustivas investigaciones y de la presentación de varios informes desde 2005, no encontró ningún indicio que haga pensar en la utilización de energía nuclear con fines militares.
Más información:
www.elmundo.es/elmundo/2006/09/02/internacional/1157191513.html
news.bbc.co.uk/low/spanish/international/newsid_5307000/5307894.stm
www.elpais.es/articulo/internacional/elpporint/20060902elpepuint_6/Tes/
