En Irak hubo tanto festejos como protestas luego del fallo que dictaminó la condena a muerte de Saddam Hussein. Mientras que en el resto del mundo las opiniones también estuvieron divididas: Estados Unidos y los países aliados avalaron el fallo, en tanto que en otras partes la medida fue ampliamente rechazada.
Muchos grupos de shiítas festejaron la condena a Saddam con bailes en las calles de Bagdad, pero la minoría sunnita juró venganza y dijo que Saddam seguirá siendo un símbolo. En el país continúa el toque de queda, y temen un rebrote de violencia a partir de la difusión de la condena.
La medida fue denunciada como una estrategia política en vísperas de las elecciones legislativas de Estados Unidos, que se celebrarán mañana. En Europa fueron mayoría las protestas contra la pena capital y surgieron dudas desde muchos sectores acerca de la imparcialidad del tribunal que ordenó la ejecución de Saddam.
La canciller alemana, Angela Merkel, subrayó la postura de rechazo del gobierno alemán a la pena de muerte y Rusia mostró su preocupación de que tras la condena a muerte de Saddam se agudicen los conflictos en Irak.
«Por muy atroz que sea un crimen, nuestra tradición y nuestra ética rechazarán siempre la pena de muerte», dijo en el mismo sentido el primer ministro italiano, Romano Prodi.
Mientras que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, calificó el veredicto como «un gran paso» para la democracia de Irak.
Más información:
www.clarin.com/diario/2006/11/06/elmundo/i-02101.htm
www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/exterior/nota.asp?nota_id=856146
news.bbc.co.uk/low/spanish/international/newsid_6120000/6120110.stm
