La homilía del arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, durante la procesión del Corpus Chisti, reavivó el enfrentamiento entre la Iglesia y el gobierno. «Traicionan al pueblo los que maldicen para atrás”, dijo, y aunque no nombró al presidente, la lectura política indica que las palabras tenían ese destinatario.
En Plaza de Mayo, lugar donde se llevó a cabo la procesión, Bergoglio cuestionó la falta de «diálogo institucional»; y se refirió duramente a quienes se pasan «maldiciendo el pasado». Seguramente lo hacen “para sacar ventaja en el presente o en el futuro», dijo. También cuestionó a quienes azuzan las diferencias.
Con el presidente Néstor Kirchner metido personalmente en la campaña capitalina criticando a Mauricio Macri, las palabras de Bergoglio pueden ser leídas en varios sentidos. “Bendecir es algo que nos anda haciendo falta en nuestra comunidad. Decirnos bien las cosas que nos damos. El no decirnos bien las cosas en público es quizá uno de nuestros defectos (…) nos cuesta el diálogo público: el decirnos bien las cosas institucionalmente, delante de todos, para el bien de todos», dijo. Además reclamó perdón, arrepentimiento y reparación frente al pasado, siempre con disposición al diálogo.
En ningún momento de su alocución el arzobispo nombró directamente al presidente o sus funcionarios, sin embargo sus palabras suscitaron una rápida y severa respuesta del ministro del Interior, Aníbal Fernández.
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www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-86351-2007-06-10.html
www.clarin.com/diario/2007/06/10/elpais/p-01401.htm
www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/politica/nota.asp?nota_id=916126
