El director de Blackwater, Erik Prince, defendió el trabajo de sus empleados en Irak durante una audiencia en el Congreso, donde se analizaron los riesgos y la transparencia que deben tener las empresas de seguridad privada.
En una hostil y dividida audiencia, los demócratas denunciaron al contratista privado por comportamiento despiadado y agresivo, basándose en el demoledor informe, encargado por el Congreso, que revelaba que desde 2005, la empresa se ha visto envuelta en 195 tiroteos, en la mayor parte de los cuales, en 8 de cada 10, disparó primero.
Los congresistas analizaron el incidente del 16 de septiembre en Bagdad, en el que murieron 11 civiles iraquíes a manos de empleados de esta empresa basada en Carolina del Norte. Prince dijo que las acusaciones eran «alegaciones negativas y sin fundamento». Según su versión, los contratistas respondieron aquel día a un ataque con fusiles AK-47 después de que un terrorista suicida detonara un coche bomba. «Los medios han decidido que Blackwater es culpable», añadió. Para el máximo responsable de la empresa de seguridad privada, la labor de su compañía ha sido un éxito: «Ningún individuo protegido por Blackwater ha resultado herido o ha sido asesinado». Entre los clientes se encuentran miembros del Gobierno y del Congreso de Estados Unidos.
La muerte de los 11 iraquíes provocó la airada crítica del Gobierno de Irak que calificó el tiroteo como un crimen y provocó la revisión de los contratos por parte de EEUU. Este asunto, aún sin cerrar, será investigado por un grupo de agentes del FBI.
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www.elmundo.es/elmundo/2007/10/03/internacional/1191375615.html
www.elpais.com/articulo/internacional/elpepuint/20071003elpepiint_4/Tes
news.bbc.co.uk/low/spanish/international/newsid_7025000/7025289.stm
