El Parlamento francés aprobó una versión morigerada de la nueva ley de inmigración, que permite, entre otras cosas, hacer exámenes de ADN a los inmigrantes. Desde el gobierno, se justifican los exámenes genéticos diciendo que agilizan los trámites, mientras otros consideran esto algo racista y discriminatorio.
Los tests de ADN serán introducidos a modo de prueba hasta 2009, y después serán analizados por una comisión independiente. También se marca que solo pueden ser efectuados por orden judicial y con el consentimiento del inmigrante que quiere ingresar a territorio francés. El costo del análisis, unos 356 dólares por persona, correrán por cuenta del Estado.
En rigor, se trata de un aspecto de la ley, si bien es el más polémico. Además, no es lo primero a lo que deberán someterse los aspirantes, ya que primero habrá una prueba de idioma
La nueva norma establece que aquel extranjero que quiera asentarse en Francia deberá demostrar un salario mensual de 1280 euros, que será más alto de acuerdo a si tiene 3 o más hijos. El ADN permitiría evitar burlas en la política de reagrupación familiar, ya que hay casos de países donde se falsifica un gran porcentaje de la documentación.
La ley se aprobó con 185 votos a favor y 136 en contra en el Senado. En la Cámara baja se aprobó por 282 votos a favor y 235 en contra, cuando era necesaria una mayoría de 259 votos. Los socialistas, los comunistas y los verdes fueron quienes mostraron su oposición al proyecto.
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www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/exterior/nota.asp?nota_id=955963
www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-93424-2007-10-24.html