Se conoció el viernes la primera resolución con conclusiones de peso dictada por la jueza Sandra Arroyo Salgado en relación a la muerte del represor Héctor Antonio Febres. Según el escrito, al marino lo asesinaron porque tenía pensado hablar y aportar datos sobre la represión ilegal y el robo de bebés en la ESMA.
En el documento también se detalla que la muerte se produjo por envenenamiento con cianuro que alguien le dio en un vaso con agua dentro de su propia celda. Según la jueza, el custodio y el jefe del destacamento colaboraron con el asesino y pretendieron borrar los rastros. También quedó procesada la familia de Febres – su mujer y sus hijos – que desde el primer momento supieron que había sido un homicidio y aún así lo callaron.
La jueza procesó a los dos prefectos como partícipes necesarios del homicidio por generar «una zona liberada»; y a la esposa del represor, Stella Maris Guevara, y a sus hijos, Sonia Marcela y Héctor Ariel, por encubrimiento. Arroyo Salgado cree que su familia manipuló una computadora en la que Febres habría guardado datos de vital importancia.
La resolución de la Justicia que los matutinos La Nación y Clarín citan en su edición del sábado, indica que el posible móvil del hecho fue: «Silenciar al que intente revelar datos o información de los hechos vinculados a las violaciones a los derechos humanos durante el último gobierno de facto».
Febrés murió envenenado en su celda el 10 de diciembre pasado. Estaba preso por los crímenes de lesa humanidad que cometió mientras se desempeñaba en la Escuela de Mecánica (ESMA) tratando con mujeres embarazadas a las que el gobierno de facto les robó sus bebés. El 14 de diciembre, un tribunal oral iba a dictar una sentencia en su contra, dándole antes la oportunidad de hablar y contar lo quisiera.
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www.clarin.com/diario/2008/01/05/elpais/p-00301.htm
www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-97075-2008-01-05.html
www.lanacion.com.ar/976499