En una nueva escalada dentro del conflicto que Bogotá y Managua mantienen en torno a un archipiélago del Mar Caribe, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, anunció que no se desprenderá de un lote de misiles SAM-7 que iba a ser parte de un intercambio con Estados Unidos. Ortega dejó abierta la hipótesis de conflicto cuando declaró: “Las circunstancias de seguridad no son las mejores para que Nicaragua venga a desarmarse ante la actitud que tiene Colombia».
Según explicó el mandatario, su país se encuentra amenazado por Colombia que «mantiene fragatas de guerra» en el Mar Caribe. Históricamente, ambos países están enfrentados por la soberanía de los archipiélagos de San Andrés y Providencia – hoy día en poder administrativo de Bogotá –, diferendo que actualmente se tramita en la Corte Internacional de La Haya.
El año pasado Ortega había anunciado un posible canje con Washington de un lote de 651 misiles SAM-7 a cambio de tecnología y equipamiento médico. El armamento está en poder de Nicaragua desde la década del ’80, cuando Ortega, siendo presidente al frente del sandinismo, adquirió los cohetes ante una eventual invasión norteamericana.
El cambio del escenario geopolítico colocó a Colombia en las preocupaciones principales de Nicaragua, no sólo por el diferendo territorial sino también por la cercanía de Ortega al presidente venezolano, Hugo Chávez, enfrentado con su par colombiano Álvaro Uribe. En la última cumbre de la OEA, Bogotá y Managua se cruzaron duramente: el país sudamericano acusó a Nicaragua de proteger a las FARC, y éste respondió diciendo que Colombia es un “narcoestado”. En tanto, Estados Unidos reclama los SAM-7 bajo el argumento de que podrían caer en poder de grupos terroristas.
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www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1035802
www.laprensa.com.ni/archivo/2008/agosto/01/noticias/nacionales/275053.shtml
www.laverdad.com/detallenew.asp?mostrar=10&idcat=4&idnot=77457
