Mientras en España se habla de “expulsión”, en Ecuador se menciona una “rescisión del contrato”. Lo cierto es que desde el próximo año la petrolera hispano-argentina Repsol YPF dejará de operar en ese país. El presidente Correa dijo ayer que la empresa le “ha hecho perder el tiempo” y que bajó “su producción y las inversiones”.
El viernes el ministro de Minas y Petróleos de Ecuador, Darlis Palacios, dio por terminadas las relaciones comerciales con la petrolera y le advirtió que tendrá que salir del país «apenas se cumplan los procesos legales.»
Ayer fueron los presidentes de Ecuador y de España quienes hablaron: desde El Salvador, el ibérico José Luis Rodríguez Zapatero anticipó que su gabinete mediará en el tema, y desde Quito, su par ecuatoriano, Rafael Correa, dijo que ya era muy “tarde”.
«Repsol se va del país porque nos ha hecho perder el tiempo como ocho meses, además de que ha bajado la producción y las inversiones, y no ha aceptado renegociar el contrato», indicó el mandatario latinoamericano. Pero fue más allá y envió un mensaje a las multinacionales: «La Banana República se acabó, aquí las condiciones no las van a poner ellos, las va a poner el país».
La petrolera hispano-argentina tiene contratos de explotación en tres bloques ecuatorianos, donde produce alrededor de 63.000 barriles diarios. La concesión original terminaba en 2012.
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