Joseph Ratzinger pidió que se «robustezca el diálogo y la colaboración» entre el Gobierno y la Iglesia y reafirmó su postura en relación al aborto. Fue a través de un documento que le entregó al embajador argentino ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, en ocasión de presentarse las credenciales diplomáticas.
De esta forma, el Estado argentino y el Vaticano normalizaron relaciones tras 11 meses sin representante nacional ante la Santa Sede. Siempre hubo una relación de tirantez entre los gobiernos kirchneristas y la Iglesia que se profundizó con el caso Baseotto y la negativa de Roma a aceptar las credenciales diplomáticas de Alberto Iribarne, elegido inicialmente para esa embajada.
Tras varios meses sin contacto, la semana pasada la Presidenta Cristina Fernández se entrevistó con la cúpula del Episcopado argentino, por lo que el embajador Cafiero descartó que el documento del Sumo Pontífice sea una recriminación para con el Gobierno. «Lo que pidió el Papa es fortalecer el diálogo que ya existe (…) no es un pedido a una de las partes», indicó.
La reunión duró 20 minutos y sirvió como acto formal de presentación diplomática. En el documento entregado, Joseph Ratzinger incluyó otros pedidos: «Erradicación de la pobreza, la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer y la defensa de la vida humana desde la concepción hasta su término natural».
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www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-116228-2008-12-06.html
www.perfil.com/contenidos/2008/12/05/noticia_0033.html
www2.lavoz.com.ar/08/12/06/secciones/politica/nota.asp?nota_id=470400
