Tres embarcaciones pertenecientes a la flota rusa se pasean por estas horas a pocas millas náuticas de Florida. Es la primera vez desde la caída de la URSS que barcos de guerra rusos llegan a Cuba.
Ayer transcendió también que Washington rechazó el ofrecimiento que le hiciera el presidente cubano Raúl Castro de canjear la libertad de algunos disidentes por cinco ciudadanos de la isla que permanecen detenidos en Miami. «Están comparando manzanas con naranjas», dijo el Departamento de Estado reflejando el nulo interés de EE.UU. de avanzar en ese sentido.
En tanto, las naves que arribaron a La Habana son las mismas que semanas atrás participaron de ejercicios en conjunto con la armada venezolana, en aguas del mar Caribe.
De esta forma, Rusia da un paso más en su reciente – y fuerte – acercamiento a una serie de países latinoamericano. Días atrás visitó la región el presidente Dimitri Medvedev, quien cerró millonarios acuerdos comerciales y militares con Venezuela, Cuba y Brasil (también lo hizo con Argentina, pero no visitó el país).
No es casualidad el interés ruso por entablar estrechas relaciones con países abiertamente rechazados por Estados Unidos; y la llegada de Medvedev a La Habana, semanas atrás, fue más que significativa: “Hemos vuelto”, dijo. Por ello, algunos analistas internacionales aseguran que de esta forma Rusia se está cobrando a su manera el interés norteamericano en colocar un escudo antimisiles a escasos kilómetros de su frontera europea.
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www.elpais.com/articulo/internacional/elpepuint/20081220elpepiint_6/Tes
www.clarin.com/diario/2008/12/20/elmundo/i-01825759.htm
www.elmundo.es/elmundo/2008/12/19/internacional/1229713054.html
