martes 16 de abril de 2024
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Crece la polémica por la relación de la piquetera jujeña Milagro Sala con los fondos de Nación

Milagro Sala, líder de la agrupación jujeña Tupac Amaru, estuvo esta semana en el centro de la escena política acusada por el senador radical Gerardo Morales de encabezar un violento «escrache» en San Salvador. Mientras ella niega las acusaciones y se defiende mostrando lo que hace la organización social que dirige, la oposición y buena parte de la prensa la acusan de manejar discrecionalmente millones de pesos llegados de Nación. Tambien se le endilga el control de una poderosa fuerza de choque.

Las ediciones dominicales de los principales diarios nacionales permiten comprobar las diversas y contrapuestas miradas que se pueden hacer de un mismo hecho.

Milagro Salas es conocida en Jujuy desde hace algunos años, cuando la organización Tupac Amaru comenzó a crecer en la provincia con el envión de la construcción de viviendas al amparo de los programas y los fondos de Nación. Sin embargo su nombre recién empezó a sonar en el resto del país esta semana, después que Morales la acusara de comandar al grupo de violentos que el viernes pasado irrumpió en una conferencia que él daba en San Salvador, generado destrozos.

Hoy el diario Clarín (en una nota firmada por Gerardo Young) describe a Sala como: «Hija de nadie, coya orgullosa, criada en los bajofondos de San Salvador de Jujuy, ex presidiaria, ex adicta, enferma crónica, fanática de los autos, tiradora profesional, madre de dos hijos, incansable e inabarcable, líder indiscutible de la organización popular Tupac Amaru, alias La Milagro, La Flaca o La Gobernanta. A los 46 años, en su cuerpito de menos de 50 kilos se concentra hoy el temor, la fascinación y la más increíble historia sobre la destrucción del Estado y sus consecuencias». La Nación, en tanto, titula una nota al respecto: «El increíble estado paralelo que levanta Milagro Sala. Con fondos públicos, la líder piquetera jujeña construye un poder que no reconoce límites», y dice que controla una de las facciones de la barra brava de Gimnasia y Esgrima y que «acumuló tanto poder que logró montar una suerte de estado paralelo al que se le atribuye, incluso, la capacidad de modificar decisiones oficiales y legislativas.»

El diario Crítica, muy por el contrario, le sede la palabra para que se defienda de la acusación de violenta – «sólo tengo un trabuco naranjero que me regalaron y que lo guardo en un cuadrito», dice –, indicando además que no tiene gente armada a su cargo. Sala también explica qué hace con los 7,9 millones de pesos que recibe por año (Clarín habla de más de 200 millones y La Nación calcula 100): «Con esos fondos hacemos las viviendas y con lo que nos sobra, brindamos servicios de (…) salud, educación, asistencia legal y, fundamentalmente, trabajo».

Página 12 es otro que se encarga del tema en su edición de hoy. Inicia su nota poniendo en boca de Sala una descripción de las obras para los más pobres que consiguió hacer a través de la Tupac Amaru: «Tenemos más de tres mil viviendas; tenemos cinco fábricas, fábricas metalúrgicas, textiles, de bloques; tenemos trece polideportivos con pileta de natación. Imaginá que acá, en Jujuy, había solamente dos piletas, y a esas dos podían entrar la clase media y clase alta, los pobres no. Nosotros hemos construido todo eso, y lo hicimos en menos de cinco años. Estamos dándoles de comer a 50 mil niños en toda la provincia, con centros comunitarios y copas de leche…»

En Crítica, Sala también indica que ella no estuvo en San Salvador el día del escrache a Morales y asegura que tampoco había gente de su organización en el lugar. «Los que estaban allí eran miembros de organizaciones sociales integrantes de una red de la que también participamos nosotros, pero no eran nuestros», explicó.

Más información
www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=32876
www.clarin.com/suplementos/zona/2009/10/25/z-02026137.htm
www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-134094-2009-10-25.html
www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1190351

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