Remarcó que «si cambian los tonos» su dolor no habrá sido inutil. También sostuvo que sigue siendo «el mismo de siempre».
Tras casi cinco días internado en el hospital San Raffaele de Milán, en la jornada de ayer jueves salió el primer ministro italiano Silvio Berlusconi quien se mostró conciliador con la oposición. El pasado domingo, durante un acto político, Il Cavaliere sufrió un ataque al ser golpeado con una estatuilla miniatura que le provocó la caída de dos dientes y varios cortes en su nariz y labios.
«Me quedarán dos cosas como recuerdo de estos días: el odio de pocos y el amor de muchos, muchísimos italianos» fueron las primeras palabras del primer ministro. En cuanto a la oposición señaló que «en estos días sentí la cercanía también de líderes políticos de la oposición. Si de lo que ocurrió surgiera una mayor conciencia de la necesidad de un lenguaje más tranquilo y más honesto en la política italiana, entonces este dolor no habrá sido inútil».
Il Cavaliere pretendió demostrar que, a pesar de las heridas físicas y psicológicas, sigue siendo el mismo de siempre. Asimismo, le prometió al pueblo italiano que seguirán adelante con más fuerza y más determinación que antes «en el camino de la libertad. Se lo debemos a nuestro pueblo, a nuestra democracia, en la que no prevalecerán ni la violencia de las piedras, ni esa peor, de las palabras».
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www.clarin.com/diario/2009/12/18/elmundo/i-02103131.htm
www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-137190-2009-12-18.html
www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1212964
