El mismo Lobo escoltó al derrocado mandatario hondureño hasta el aeropuerto, desde donde partió rumbo a Santo Domingo. Durante su discurso de posesión, el nuevo presidente del país anunció la promulgación de una amnistía general a los golpistas.
Porfirio Lobo se convirtió en el nuevo presidente de Honduras, sellando el último capítulo de una crisis política que comenzó con el golpe de estado al gobierno de Manuel Zelaya el 28 de junio de 2009 y que para muchos aún no llega a su fin.
El representante de derecha, quien en 2005 había perdido las elecciones frente al mismo Zelaya, juro ante la bandera y ante la Biblia, al tiempo que prometía amnistía general para los golpistas y medidas para proteger la inversión extranjera en el país.
Lobo asume la presidencia tras el gobierno de facto ejercito por Roberto Miccheletti, ex vicepresidente de Zelaya y recientemente nombrado senador vitalicio, a lo cual se suma su ingreso en la amnistía anunciada por el nuevo mandatario. El desafío del gobierno será ganarse la confianza de la comunidad internacional y reconstruir la credibilidad en las instituciones democráticas del país centroamericano.
Por su parte, Manuel Zelaya inició este miércoles su exilio en República Dominicana, luego de pasar 129 días asilado en la embajada brasileña en Tegucigalpa.
