Se jugaron apenas 9 minutos. La intensa lluvia caída anegó el campo de juego de la Bombonera.
Con lluvia y todo el árbitro Héctor Baldassi había dado el pitazo inicial del Superclásico entre Boca y River, puntualmente a las 15, pero a esa altura no podía prever las dificultades que presentaría el juego. La cancha de la Bombonera no estaba en condiciones y a poco de correr el cronómetro, los jugadores comenzaron a notar las dificultades: la pelota se frenaba constantemente en los charcos de agua.
A los 9 minutos Baldassi llamó a los capitanes de ambos equipos, Martín Palermo y Marcelo Gallardo, para comunicarles la decisión de suspender el encuentro. Algunos jugadores se quejaron pero el árbitro ya estaba en los vestuarios. El campo de juego estaba imposible.
Aún no se decidió cuando se completará el tiempo reglamentario. Se baraja la posibilidad de hacerlo el miércoles o el jueves a las 16.
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